martes, 11 de octubre de 2011

Reseña de los inicios del club.

Estamos a punto de celebrar los 95 años, 95 años de una gran pasión, de amor y odio, de envidias, de 23 millones de que, cada fecha, te seguimos, no importando las vicisitudes negativas, siempre estaremos allí, con esta gran pasión llamada: CLUB AMÉRICA, no mal llamado “ame” o CFA.

He acá, una breve reseña de cómo se fundó el equipo, la encontré en la red, pero le añadí unos cuantos datos que en ella, no estaban o se les olividó añadirlos:
En las últimas décadas del siglo XIX, y las primeras del siglo XX, ya se jugaba fútbol, en forma amateur. Los primeros equipos fueron fundados por emigrantes europeos. Entre ellos el Asturias, el España, Germania, Marte, Orizaba…

El fútbol fue un deporte bien aceptado. Pasaron los años, había ya cierto “recelo” por parte de jóvenes o de algunas autoridades nacionales, puesto que los “extranjeros” mandaban por completo el fútbol nacional. He acá, que un grupo de amigos, decidieron “ponerle un freno” a la “intromisión foránea”.

Sábado 12 de octubre de 1916. Un grupo de chamacos, en la mañana sabatina, todos entre 10 a 16 años, reunidos en la casa de Tia Calixta, en el 136 de Santa María la Ribera, en la José Alzate, tuvieron la enorme iniciativa de fundar un equipo, de un espigado defensa, de nombre Rafael Garza Gutiérrez y su primo, Germán Núñez Cortina, fundaron el Club América.

Ya Rafael, había fundado su equipo escolar, el Récord, de allí su apodo. Fue creado en el Colegio de Mascarones, siempre en Santa María la Ribera, en la Delegación Cuauhtémoc. Su primo, Germán, estudiaba en el colegio marista La Perpetua, igual, tenía su equipo El Colón, aunque era una verdadera pesadilla completar los 11 jugadores reglamentarios semana a semana. En el Colegio de Mascarones era lo contrario, tenían suficientes jugadores, pero no uniformes, algo con lo que los elementos de La Perpetua podrían contar gracias a algunos metros de tela que servirían para confeccionarlos, sin contar con dos balones ingleses en perfecto estado.

La solución estaba a la vista. Unificar al equipo en uno solo. Aunque faltaba decidir el nombre, que en un principio se propuso fuera del de Récord, apodo que también correspondía a Garza Gutiérrez, capitán del equipo y quien ya vestía un pantaloncillo azul marino que el personalmente se los pidió a su padre, los cortó y una desgastada playera en color crema: los colores que serían del equipo, ahora sólo faltaba el nombre.

Sin embargo, la fecha de la reunión: 12 de octubre, lo facilitó todo. Más cuando Pedro “Cheto” Quintanilla propuso el nombre de América, después de todo era el día del descubrimiento del continente y todos estuvieron de acuerdo. De esta fusión, América fue conocido como “Estudiantes”.

Así quedó todo dispuesto para que el joven club compitiera en un torneo de segunda fuerza, mismo que ganó sin problemas. El objetivo estaba claro, había que ir más arriba: la Liga Mayor.

Sólo un año había pasado desde que el América había jugado en segunda fuerza y ahora se empecinaba a competir con los poderosos clubes extranjeros (España y Asturias), que dominaban el balompié nacional.

El interés de los americanistas no fue visto con el mejor de los modos. El ahora estandarte de las más sonadas contrataciones extranjeras, en aquel momento fue visto por debajo del hombro por los clubes de la Liga, quienes le pusieron como prueba una tercia de duelos ante clubes del torneo, el último ante el poderoso Real España.
Para sorpresa de todos, América ganó los dos primeros cotejos y empataron ante el España. Fue el boleto para ingresar a la Liga Mayor y debutar en la campaña 1917-1918.

Ante los malos resultados del primer año, algunos jugadores abandonaron la escuadra, que incluso cambió de nombre por el de Centro Unión, bajo el que compitió hasta 1920.
Los amarillos pueden presumir que nacieron grandes. Y es que si bien fue en 1916 el año de su fundación, tuvo un ascenso vertiginoso, tanto que para el certamen 1917-1918 de la Liga Mayor ya estaban en competencia. No fue todo. Faltaba el factor que detonaría el comienzo de su grandeza.

La liga entonces estaba dominada por los equipos extranjeros: Asturias y España. Las dos potencias del balompié nacional que fueron los primeros en poner piedras en el camino de los cremas para formar parte de la Liga Mayor. Y sería el América el que podría ponerles un alto.

Así fue a partir de la campaña 1924-1925. El primer título de una larga cadena de trofeos que hoy relucen en las vitrinas de Coapa. Pero el cetro no podía llegar de otra manera, si no era con polémica. Y es que los dos últimos juegos América los ganó por default a dos de los clubes españoles: España y Aurrerá, aunque antes venció al Asturias, equipo que al final fue el subcampeón.

Tanto España, Asturias y Aurrerá se retiraron del torneo, según dicta la crónica de El Universal del dos de marzo de 1925, por falta de garantías, ya que los aficionados habían invadido el terreno de juego en el duelo que los cremas ganaron 1-0 al Asturias.

A pesar del berrinche de los clubes españoles, América inició una década dorada. Con títulos en 1925-1926, 1926-1927 y 1927-1928. Los primeros ganados bajo el mando del fundador Rafael Garza Gutiérrez ?Récord? y dos más con el inglés Percy Clifford en el timón.

Pero mejores tiempos estaban por venir. La esencia americanista permanecía en el equipo y fue Rafael Garza Gutiérrez, Germán Núñez Cortina e Ignacio De la Garza quienes decidieron devolver al equipo el nombre que nueve décadas después es sinónimo de grandeza en el futbol mexicano.